He puesto en práctica experimentalmente un sistema de coevaluación que no había usado nunca y que paso a relataros:
1. Identifiqué uno de los ejercicios menos motivadores pero necesarios. Se trataba del modelado de una figura exenta de escayola por el sistema de copia de contornos y reducción de la copia en un tercio.
2. En un momento dado vi que existía un cierto estancamiento en la realización del ejercicio.
3. Ofrecí a las alumnas terminarlo según su propio criterio. Cuando me dijeran.
4. Acto seguido yo sugería una nota para el trabajo (a menudo muy baja).
5. Si se mostraban conformes cerrábamos el trato con un apretón de manos y el barro podía ser inmediatamente reciclado en la pastera con gran alivio.
Les indicaba que en el caso de que la nota fuera baja la media podría mejorarse mediante la realización de una memoria más completa y pormenorizada con referencia expresa a las dificultades del trabajo.
6. Si no estaban conformes con la nota se iniciaba un regateo. En caso de llegar a un acuerdo cerrábamos el trato estrechando las manos. Si las posturas devenían irreconciliables indicaba a la alumna cómo debía seguir el trabajo: aciertos y errores subsanables, así como tiempo aproximado necesario para terminar el modelado.
No sé si mediante este sistema de regateo me estoy saltando principios pedagógicos elementales. En principio el método parece una barbaridad ya que no se atienden algunos de los sistemas más usuales de evaluación como el uso objetivo de indicadores pero mediante su utilización trato de incluir algunos de los instrumentos que se han mencionado
:

a) Inclusión del criterio de las alumnas en la determinación de los contenidos al producirse una alteración de la periodización y una diversificación en los ejercicios posteriores para unificar el ritmo. Algunas manifestaban su intención de realizar un vaciado mientras que otras decidían dedicar más tiempo a la parte escrita.
b) Inteligencia emocional en el sentido de poner a favor del proceso de enseñanza – aprendizaje un trabajo que había llegado a ser monótono y frustrante.
c) Retroalimentación, al establecerse un grupo de trabajo prácticamente independiente realizando vaciados que, si bien eran individuales, favorecían la comunicación entre iguales al poner en común los procedimientos básicos de realización.
Como parte negativa puedo mencionar la dificultad de controlar el funcionamiento de grupos situados en tres espacios distintos: Vaciado, modelado y biblioteca, y la posibilidad de inducir la equivocada idea de que ciertos o todos los obstáculos pueden sortearse en algunas o en todas las ocasiones.
Juan, estoy contigo en que lo puramente formal y ortodoxo no siempre se ajusta a las necesidades de los que componemos el proceso educativo. Es bueno replanteárselo para que mejoremos todos. Además hace tiempo que sabemos que emoción y razón no se pueden separar si queremos que el aprendizaje sea más motivador. Y porque no, quitar hierro a eso de calificar, que es un drama para todas las partes. ¡Es posible divertirse poniendo notas!, ¡a coevaluar se ha dicho! Jajajajjaj!!!!!!