Este curso hemos tenido la suerte de hacer actividades con tres arquitectos de la localidad. Chano Sainz, Juan Francisco Lorenzo y Miguel de Lozar se han metido en las aulas, han creado actividades y han estado con nosotros desarrollándolas.
Su mirada amplía la nuestra. Hace unos días “se metieron en el la clase de Volumen con el alumnado de 1º de Bachillerato. Ellos ya habían paseado por el barrio y conocían los lugares. Ahora les tocaba, “actuar” en ellos recreándolos e interviniendo. ¿La forma de plasmar las cosas? Rememorando a Oteiza, lo hicieron con tizas. Pero ojo, las maquetas no entendidas como resultado, sino de proceso: la maqueta como herramienta de proyecto.
Una vez terminada la jornada, cada grupo expuso su trabajo al resto bajo la atenta mirada de los arquitectos que dieron, igual que en todo el proceso claves para plasmar lo que se ve y lo que se dibuja, con volúmenes despojados de sentido.
Estos fueron los interesantes objetivos que nos proponían:
“• Desarrollar recursos y hábitos para hacer de las maquetas una herramienta más a la hora de realizar un proyecto.
• Analizar las formas que construyen la ciudad.
• Analizar los significados inscritos en determinadas formas icónicas frente a geometrías desprovistas de significados.”
Y nos animaron a consultar la obra de Vantongerloo, Malevich y El Lisitski.
La experiencia fue muy enriquecedora para el alumnado, que respondió muy positivamente, especialmente, para los que cursan la asignatura de volumen, ya que se enfrentaron a una serie de dinámicas y procesos a los que no estaban acostumbrados.
El hecho de que vengan profesionales ajenos al centro y a nuestras disciplinas hace que se multipliquen los puntos de vista sobre algunos aspectos a la hora de afrontar y entender situaciones del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Un placer vivir así la enseñanza.