Miscelánea: educación, metodología, tecnología, interdisciplinariedad y diseño

Las enseñanzas del diseño conllevan una relación ineludible con la tecnología ya que es tanto medio comunicacional indispensable como herramienta procesual. En un sentido productivo está siempre ligada a otras disciplinas y por ello es necesario plantear una metodología educativa que no esté basada en asignaturas que trabajen de modo independiente, ya que eso es incoherente con la realidad profesional.

Esta particularidad disciplinaria se imbrica con el debate sobre el uso de la tecnología en los contextos educativos. Parece que actualmente estamos tan enamorados de lo que permiten las herramientas procedentes de la Web que su sola incorporación en el aula ya nos sitúa a la cabeza de la innovación educativa y si no, echemos un vistazo al Informe Horizon Report del 2014 que analiza los aspectos que marcarán la educación del futuro dentro del contexto de la Educación Superior(1). En él se pone el énfasis en la incorporación de las novedades tecnológicas, que si el big data, que si los videojuegos, que si la figura del coach cibernético o la impresora 3D. Sin embargo esto abre varios interrogantes: ¿no sería más lógico configurar primero qué queremos ser, cual la metodología a seguir para conseguirlo y a partir de eso elegir las herramientas más útiles? La implantación de los últimos avances tecnológicos en educación ¿no contribuyen a aumentar la brecha digital derivada de su elevado coste?, ¿innovación y tecnología siempre van de la mano?, ¿en qué medida la tecnología es útil para la mejora de los procesos educativos y profesionales?, ¿puede la tecnología promover un cambio de paradigma educativo?
Internet nos acerca diluyendo las fronteras, no solo las espacio temporales sino también las culturales aunque desafortunadamente el jugoso festín no está al alcance de todos.

No quiero cerrar este post sin hacer una breve reflexión sobre la importancia del diseño en el contexto social(1). Esta disciplina no puede sobrevivir sin socialización, del mismo modo que su buena relación con otras hace que los procesos y los resultados mejoren sustancialmente. El lenguaje, por ejemplo, no es posible desvincularlo del elemento gráfico que lo materializa(2). Este a su vez toma diferentes formas y composiciones, se relaciona con lo real y con representaciones de lo real. Permite plasmar un pensamiento mediante palabras, pero también mediante colores, texturas, imágenes o sonidos(3) que lo hacen más atractivo y asimilable y así se convierte, por ejemplo, en instrumento esencial para el aprendizaje. Pero aprender es también aprehender, generar un ambiente propicio para todas las actividades de la vida diaria. Poder sentarse cómodamente, comprender el uso de los objetos a partir de la forma que los hace tangibles, poder leer sin necesidad de ver, llegar a los sitios sin perderse. Todo comportamiento implica reconocer los códigos simbólicos funcionales que se contextualizan(4) dentro de la sociedad que los produce ya que “nos enfrentamos a un mundo visual extenso que exige abordajes transdisciplinarios que puedan hacer frente a una situación comunicacional sumamente compleja” (Saucedo 2010) y ante la que debemos estar preparados no solo como productores sino como consumidores.

Como seres vivos nos construimos en relación a las relaciones con los demás y con el entorno. ¿Qué deseamos que predomine en nuestra historia de vida?, tangibles o intangibles, ¿qué valor y poder otorgamos a la tecnología?, ¿hace la vida más fácil? o ¿nos hace dependientes? y por ello menos libres.
Con todo lo dicho, se ve necesario reflexionar sobre la asociación entre el qué y el cómo en cada contexto y las mejoras que propicia. El equilibrio parece complejo y no suele haber interés en el arriesgado arte del funambulismo.

Notas a pié:
(1) “El diseño debe ser la actividad proyectual propia del siglo XXI. Nuestro trabajo está influyendo cada vez con más energía en la conformación de nuestra cotidianidad. Trabajamos en tiempo real, en procesos cada vez más rápidos e influyentes. Desde que un trabajo sale del estudio hasta que aparece en el mercado el tiempo es cada vez más corto. Nuestra conexión con la realidad es infinitamente más rápida que la de ninguna otra profesión.

Somos afortunados. Nuestro trabajo está en el centro de los desarrollos creativos de las personas como seres sociales. A esa responsabilidad debemos responder como profesionales inteligentes.” Corazón, 2008. Disponible en línea en: catálogo Bienal Iberoamericana del diseño DIMAD

(2)  “Todos los modos de expresión gráfica son deudores del lenguaje por excelencia: el habla. Todos ellos, de la imagen al signo y al símbolo, pasan por la abstracción. Los procesos abstractivos de la mente. Desde el Arte a la Escritura.” COSTA, 2012. Joan Costa. 2012. Arte, palabra y signo. Disponible en línea en: Joan Costa Institute

(3) “Jorge Wagensberg escribió sobre las formas de la vida, Vilém Flusser lo hizo sobre las formas de las cosas. ¿Por qué no hacerlo sobre las formas de las ideas?
Pero, ¿las ideas tienen forma? Respuesta 1: Sí, cuando las dibujas.” COSTA, 2013. La forma de las ideas. Disponible en línea en: Amazon.

(4) Codificación y cosificación.

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